domingo, 27 de noviembre de 2016

En los internamientos psiquiátricos se incumplen los derechos humanos


http://www.eldiario.es/retrones/internamientos-psiquiatricos-incumplen-derechos-humanos_6_582051808.html

En los internamientos psiquiátricos se incumplen los derechos humanos

En las unidades de salud mental se vulnera la Convención de Derechos de Personas con Discapacidad con contenciones mecánicas, aislamiento sensorial o medicación forzosa. 
Pacientes y familiares denuncian estas y otras prácticas en twitter con la campaña #DDHHPsiquiatría. 



Alguien voló sobre el nido del cuco

Ya hablamos en su momento sobre las contenciones mecánicas en las unidades de psiquiatría como una vulneración clara de los derechos humanos, existen otras prácticas que quedan soterradas y son igualmente deplorables. También tratamos las esterilizaciones forzosas que se producen sobre todo en mujeres, pero hay más derechos que se vulneran en las unidades de psiquiatría.
Lo cierto es que en 2008 se ratificó La Convención de Derechos de Personas con Discapacidad, pero se incumple en muchos puntos. Pacientes y profesionales han denunciado a través de la campaña de twitter #DDHHPsiquiatría estas vulneraciones. Pacientes y familias aseguran que un ingreso voluntario se convierte en forzoso, ya que después si decides salir ya no depende de ti, sino del psiquiatra de turno.
Muchos pacientes denuncian la falta de personal que existe en los servicios de psiquiatría, aunque también denuncian la falta de voluntad que hay. Una paciente relata que en uno de sus ingresos estaba muy nerviosa, pero si una enfermera se sentaba con ella a charlar eso le tranquilizaba, por lo tanto no era necesaria una contención mecánica, ni pinchazos, ni correas.
Sin embargo, asegura que muchas veces se echa de de menos “esa voluntad de tener un trato más humano y ‘perder’ tiempo con los pacientes”, y por tanto se hagan más contrataciones  para que haya “más enfermeras que puedan y quieran salir del control de enfermería y charlar y cuidar a los pacientes que lo necesitamos”.  
Precisamente es por esa falta de personal que en algunos centros contratan en lugar de a celadores a personal de seguridad sin ninguna formación en Salud Mental y se pasean según denuncia la paciente “con la porra colgada del cinturón en plan disuasorio, por lo que resulta muy violento, intimidante y amenazante”.
Ana Carralero, enfermera de salud mental, asegura además que “en teoría los vigilantes de seguridad no deberían tocar a los pacientes, y en muchos sitios ayudan a las contenciones o los usan para asustarlos”. De hecho, hay un documento de la Asociación Española de Salud Mental, donde recomiendan "su uso".
Otra de las cuestiones que se ha denunciado es el trato discriminatorio dentro del mismo hospital, como sucede en el Ramón y Cajal, donde los pacientes tienen que llevar un pijama diferente que los distingue del resto de pacientes del hospital.
Si se habla de que a los pacientes se les trata como a presos no es gratuito, ya que además se les quita sus objetos personales, y no se les permite usar su ropa, ni su gel, ni su champú, un libro, música... si no es sin permiso. En los ingresos psiquiátricos se filtran las llamadas familiares y amigos, permitiéndose tan sólo una diaria.
Un familiar denuncia haber visto lo que se denomina "aislamiento sensorial" -calificado de tortura por organismos de derechos humanos- consistente en atar a una persona a la cama, inmovilizarla y prohibirle cualquier lectura o música, además de no permitir la entrada de nadie.
Volviendo al tema de las contenciones forzosas o mecánicas se han dado casos en los que el psiquiatra ha sido ayudado por otro paciente para atar a otro. Es algo que el comité contra la tortura de la ONU puntualiza específicamente que eso no puede ocurrir en ningún caso. Por ejemplo, entre las recomendaciones que se dan en el caso de que las contenciones sean inevitables, es que los pacientes no pueden estar solos con otros pacientes. Sin embargo, en muchos sitios eso ocurre, ya que en el hospital Ramón y Cajal las habitaciones son triples y si atan a uno está con otros dos en la habitación, según aseguran fuentes cercanas al hospital.
La medicación forzosa es otro de los puntos a denunciar, ya que se producen amenazas, como “quitarles los permisos o no darles el alta o dejarles sin comer si no se toman la medicación”, asegura Carralero. “Portarse bien es algo que se usa mucho, como condición para, como si de niños se tratase”.
Como si de un capítulo de Black Mirror se tratara, un paciente explica que “en los ingresos muchas veces te dan pastillas que no sabes qué son y la enfermera se niega a decírtelo porque eso tienes que hablarlo con el psiquiatra, que no va a verte hasta el día siguiente, tres o cuatro tomas de medicación más después”, explica. “Y si te niegas a tomarte la medicación, te humillan, te enfrentan a tus compañeros (‘nadie va a poder levantarse de la mesa hasta que no te la tomes’), te amenazan con reducirte y pinchártela”, denuncia.
Algo que también se está denunciando es la falta de formación en el personal –algo a lo que obliga la Convención- ya que hay una especialidad en salud mental para enfermeras, pero no se exige. Los auxiliares de enfermería y celadores no reciben una formación específica para trabajar en las unidades por lo que muchas veces no entienden por qué los pacientes se comportan de una determinada manera, creen que lo hacen porque quieren.
Otra vulneración son los engaños al paciente, ya que “se les dice que vaya al hospital porque les van a hacer una prueba médica por ejemplo y una vez en el hospital les ingresan involuntariamente”, explica un profesional sanitario.
Estas son tan sólo algunas de las denuncias que se han producido en los centros sanitarios de salud mental. Muchas otras no se tienen en cuenta, porque ¿quién va a creer a un loco? Precisamente de esa vulnerabilidad se aprovechan tanto profesionales como “los Jefes de Todo Esto”.
La pregunta es ¿queremos que lugares que se destinan a sanar se conviertan en cárceles donde se suprimen los derechos humanos?

Denuncian ingresos de menores en psiquiatría sin autorización del juez

ESTO PASA EN PERU SIEMPRE


TRIBUNALES

Denuncian ingresos de menores en psiquiatría sin autorización del juez


Dos adolescentes de espaldas frente a la puerta de un instituto madrileño. 

Fiscalía constata que las privadas los mantienen de forma 'alegal'
El Institut Balear de Salud Mental asegura que es 'peligroso'
Hay menores ingresados en unidades psiquiátricas de los que las instituciones no saben nada. Se trata, según denuncia la Fiscalía, de niños y adolescentes internados en clínicas privadas de forma «alegal», sin autorización judicial y sin un control que garantice tanto su protección ante una posible negligencia de sus tutores como una atención adecuada. En 2014, tras la demanda del Ministerio Público, el Govern aseguró que no tenía competencias para resolver el problema. Sin embargo, desde el Institut Balear de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia (Ibsmia) confirman los hechos y señalan que es una situación «peligrosa».
La legislación es clara. La Ley de Enjuiciamiento Civil explica que cualquier internamiento por razones de trastorno psíquico de una persona que no pueda decidirlo por sí misma, «requerirá autorización judicial». Por mucho, subraya, que estén bajo tutela o patria potestad de otros. En el caso de menores, incide, el ingreso requerirá no sólo de un informe previo a los servicios de asistencia, sino que también deberá realizarse en un centro adecuado a su edad. Dos circunstancias que en Baleares se incumplen de manera reiterada.
La Fiscalía denuncia en su memoria de 2015 que se están produciendo ingresos de menores de forma «alegal» sin autorización judicial previa. Situación que el Ministerio Público ha detectado en clínicas privadas desde donde «no se comunica» a los juzgados este tipo de ingresos. Esto supone que estos pacientes estén fuera del control de las instituciones y del propio Ibsmia para saber si realmente era necesario dicho internamiento y en qué circunstancias se ha realizado.
El director del Institut Balear de Salud Mental de Infancia y Adolescencia, Jaume Morey, confirma la existencia de estos casos. «Nos hemos encontrado con pacientes que llegan remitidos por clínicas privadas en las que ya estaban ingresados sin que hubiera constancia de ello», remarca. Situación que considera «peligrosa» por las características de esta estancia.
«En Baleares no existe ninguna unidad de psiquiatría infantil o juvenil que no sea pública, por lo que en todos esos internamientos privados los menores convivieron con adultos que sufrían algún trastorno mental», explica. Una circunstancia sobre la que llama la atención ya que se trata de una población adulta «que puede ser peligrosa» frente a jóvenes «vulnerables» y que, además, incumple lo recogido en la legislación española. Además, tanto instituciones como juzgados desconocen la asistencia que se ofrece en estos centros. «Nos hemos encontrado con casos en los que los padres debían permanecer 24 horas con sus hijos», apunta.
¿Por qué es necesaria la autorización judicial? Porque ni la autorización del médico ni la de los padres es suficiente. «Está pensado para proteger al menor y evitar que acabe internado por un trastorno cualquiera o porque sea un niño, como se suele decir, malo de manejar», señala Morey. Muchos de los casos que acuden a clínicas privadas de forma directa, añade, esconden problemas de desintoxicación de drogas en adolescentes o intentos de suicidio.
No existe un número concreto de menores perdidos en unidades de psiquiatría porque sólo salen a la luz los que acaban derivados al Ibsmia en Son Espases o Son Llàtzer. «De los que se resuelven antes, nunca tenemos noticias», sostiene Morey, que afirma que en lo que va de año han conocido tres casos de internamientos alegales.
En 2014, y ante el problema detectado, la Fiscalía puso los hechos en conocimiento de la Conselleria de Sanidad del Govern. La respuesta del departamento que entonces dirigía Martí Sansaloni fue que no tenía competencias para resolver el problema. Asimismo, se adjuntó un listado con todas las clínicas de las Islas que contaban con unidad psiquiátrica, y a quienes el Ministerio Público remitió la obligatoriedad de dar parte de los ingresos de menores por enfermedad mental.

http://www.elmundo.es/baleares/2015/09/21/55ffc1a1ca47412b1d8b4583.html


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Diario Andina: Pacientes con problemas de salud mental no deben ser internados

11:41.
 Lima, oct. 10 (ANDINA).
 Las personas con trastornos mentales no deben ser internadas en los hospitales psiquiátricos porque pierden sus habilidades sociales, dijeron hoy expertos del Grupo Impulsor de la Reforma de la Salud Mental (GIR), quienes propusieron como alternativa de tratamiento un modelo de atención comunitaria.
Para el médico psicoterapeuta, integrante de la organización, Antonio D'onadio Caro, institucionalizar a un paciente con problemas de salud mental es deshumanizarlo, pues al relacionarse sólo con el entorno que le ofrece el hospital, pierde sus vínculos familiares, sociales, no tiene trabajo, ni derecho al ocio ni a ejercer su sexualidad.
"Hay que comprender el sentido de lo que significa el tratamiento a una persona con trastornos mentales. El paciente de un hospital psiquiátrico al que uno observa que deambula, no lo hace por la enfermedad mental que tiene, sino por el deterioro social al que se le lleva".
Por ese motivo, al celebrarse hoy el Día Mundial de la Salud Mental, D'onadio Caro propuso que entidades públicas y privadas inviertan en servicios cercanos a los hogares de estos pacientes, en la misma comunidad, para permitirles que conserven sus relaciones familiares y sociales, y su capacidad de trabajo.
Planteamiento que comparte el psiquiatra Ricardo Bustamante Quiroz, también miembro del GIR, porque a pesar de la inversión que hace actualmente el Estado para mejorar y ampliar los servicios de salud mental y asegurar la cobertura de atención a pacientes con problemas de esquizofrenia, ansiedad, depresión y alcoholismo por medio del Seguro Integral de Salud (SIS) aún la población no puede tratarse adecuadamente.
"El Estado aún tiene una deuda muy grande con la salud mental de las personas", comentó el especialista.
Al respecto Bustamante Quiroz comentó que, como parte de la reforma de salud mental que impulsa el Ministerio de Salud (Minsa), es recomendable desarrollar un modelo de atención comunitaria, es decir de servicios diferenciados periféricos ubicados en el primer nivel de atención y en los hospitales generales.
Lo que no quiere decir, agregó, que el Estado no destine recursos a los hospitales psiquiátricos (especializados), que deben mantenerse, sino para que se conviertan en establecimientos que reciban únicamente casos complejos. 
La consultora internacional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), María Edith Baca, reconoció que el Perú ya está elaborando una normativa que define la atención de la salud mental en los diferentes niveles de atención del Estado, pero que le falta incrementar la asistencia en las regiones. 
Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado- Hideyo Higuchi (2,004) acerca de la carga global de enfermedades, las neuropsiquiátricas representan el 16.5%.

Desde el 2,010 el Seguro Integral de Salud (SIS) incorporó a su cobertura de atención cuatro patologías mentales: depresión, ansiedad, esquizofrenia y alcoholismo.
(FIN) SMS/RRC